El pasado viernes 15 de diciembre parecía que iba a ser un día de quedada lúdica como otro cualquiera. Algunos socios, como viene siendo habitual, habíamos ido proponiendo juegos en el foro del club. Uno de los runeros había sido especialmente activo los últimos días y había contactado con jugadores que les parecía bien la idea de visitarnos. Ya hemos recibido visitas otras veces y lamentablemente no se tradujeron en nuevas inscripciones. Aunque el número de socios ha ido aumentando paulatinamente desde la creación del club a principios de año hasta llegar a ser 14, los jugadores que pueden asistir a las quedadas de forma regular no llega al 50%, lo que ha producido en algunos momentos, sobre todo este verano, una pequeña crisis que amenazó el futuro de la asociación. Por ello se esperaba con expectación la llegada de los visitantes. Vinieron finalmente los previstos: cuatro. Uno de ellos avezado en el campo de los wargames, otros con experiencia en rol. Todos disfrutaron de la quedada y engrosaron al final las filas de runeros, que somos ya pues 18.
Disfrutamos de este evento, creo que irrepetible, 11. Llegamos a formar hasta 3 grupos. El ambiente, con varias mesas ocupadas por tableros abiertos y varios jugadores apiñados entorno, con risas y comentarios jocosos, seguidos de momentos de silenciosa reflexión fue memorable. Se respetaron en parte las propuestas hechas a lo largo de la semana, aunque con la lógica demora provocada por la presentación de los nuevos. A uno de éstos hubo que rescatarlo de las solitarias y poco recomendables calles de Marconi "la nuit", ya que no encontraba el camino al local del club. Así que se improvisó mucho. Las partidas se sucedían, los grupos se formaban y se disolvían. Creo que hemos alcanzado "velocidad de crucero" y que a partir de ahora podamos jugar a aquello que realmente nos apetece.
Nos llevamos muchos juegos, pero se jugaron "sólo" seis:
En cuanto al Titán, después de mucho proponerlo pudimos probarlo. La impresión mía y personal fue agridulce. Contiene muchos elementos que deberían hacer de este juego uno de los mejores y sin embargo su excesiva lentitud nos animó a abortar la partida en cuanto el primer jugador fue eliminado (otro fallo del juego, el de excluir a jugadores). Legiones compuestas por criaturas míticas y lideradas por Titanes y otros Señores y Semi-señores, buscan refuerzos por vastas regiones sembradas de todo tipo de alimañas. Cuando legiones enemigas se encuentran en su deambular, sobreviene una batalla, en donde el terreno juega a favor de las criaturas nativas de la región. Sólo puede quedar una (como en Los Inmortales) después de la contienda y el vencedor se anota el valor de las bajas del oponente.
El material es muy sobrio, muy al estilo de Avalon Hill. Nada ver con el diseño esmerado y vistoso de los juegos modernos.
El mapa maestro o principal, demasiado abstracto. Los numerosos mapas auxiliares, de cartón finísimo, y con unas reglas para el terreno que nos trajeron de cabeza toda la partida. Las criaturas son de grueso cartón, en diversos colores, con los parámetros de ataque, vida, alcance y movimiento escritos, muy a la moda de los wargames. Y es que quizá Titan es un wargame. Con todo lo que esto supone: periodo prolongados de reflexión, esperas hasta que te vuelve a tocar, etc. Seguro que el juego gana a medida que se juega. Lo que no estoy muy seguro es de querer darle otra oportunidad.
Texto y fotos: Juan
Disfrutamos de este evento, creo que irrepetible, 11. Llegamos a formar hasta 3 grupos. El ambiente, con varias mesas ocupadas por tableros abiertos y varios jugadores apiñados entorno, con risas y comentarios jocosos, seguidos de momentos de silenciosa reflexión fue memorable. Se respetaron en parte las propuestas hechas a lo largo de la semana, aunque con la lógica demora provocada por la presentación de los nuevos. A uno de éstos hubo que rescatarlo de las solitarias y poco recomendables calles de Marconi "la nuit", ya que no encontraba el camino al local del club. Así que se improvisó mucho. Las partidas se sucedían, los grupos se formaban y se disolvían. Creo que hemos alcanzado "velocidad de crucero" y que a partir de ahora podamos jugar a aquello que realmente nos apetece.
Nos llevamos muchos juegos, pero se jugaron "sólo" seis:
- A través del Desierto. Juego que les puso muy serios, aunque decían que se estaban divirtiendo. Cosas de frikis.
- Mall of Horror. Tuvo bastante aceptación pues vi al dueño jugándolo con dos grupos diferentes. Se trata de un juego ligero, en donde el mayor aliciente es el de la votación. Quedas fuera de la partida si eres eliminado, pero afortunadamente no por mucho tiempo.
- Mikado. O la forma de ordenar el Caos.
- Samurai. Un verdadero alivio, sobre todo después del Titan, pues lo conocíamos y nos pusimos a jugar así, sin dolor.
- Wings of War. ¡Menos mal que las mesas del local son grandes!
- Titan.
En cuanto al Titán, después de mucho proponerlo pudimos probarlo. La impresión mía y personal fue agridulce. Contiene muchos elementos que deberían hacer de este juego uno de los mejores y sin embargo su excesiva lentitud nos animó a abortar la partida en cuanto el primer jugador fue eliminado (otro fallo del juego, el de excluir a jugadores). Legiones compuestas por criaturas míticas y lideradas por Titanes y otros Señores y Semi-señores, buscan refuerzos por vastas regiones sembradas de todo tipo de alimañas. Cuando legiones enemigas se encuentran en su deambular, sobreviene una batalla, en donde el terreno juega a favor de las criaturas nativas de la región. Sólo puede quedar una (como en Los Inmortales) después de la contienda y el vencedor se anota el valor de las bajas del oponente.
El material es muy sobrio, muy al estilo de Avalon Hill. Nada ver con el diseño esmerado y vistoso de los juegos modernos.
El mapa maestro o principal, demasiado abstracto. Los numerosos mapas auxiliares, de cartón finísimo, y con unas reglas para el terreno que nos trajeron de cabeza toda la partida. Las criaturas son de grueso cartón, en diversos colores, con los parámetros de ataque, vida, alcance y movimiento escritos, muy a la moda de los wargames. Y es que quizá Titan es un wargame. Con todo lo que esto supone: periodo prolongados de reflexión, esperas hasta que te vuelve a tocar, etc. Seguro que el juego gana a medida que se juega. Lo que no estoy muy seguro es de querer darle otra oportunidad.
Texto y fotos: Juan