Das Ende des Triumvirats

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Ayer en la quedada besekera habitual de los martes pudimos probar Das Ende des Triumvirats, un juego, diseñado y pensado para tres jugadores, en el que debes emular a César, Pompeyo y Craso en la lucha por el poder en Roma.


El tablero tiene 3 partes, que propician las tres condiciones de victoria.:
  • Un mapa que representa el imperio romano dividido en provincias de tres tipos: políticas, militares y de competencia. Hay 15 provincias, si consigues dominar 9 ganas la partida.
  • Un senado donde se competirá por conseguir Cónsules. Si consigues dos cónsules ganas la partida.
  • Un marcador de competencia militar y otro de competencia política. Si logras alcanzar el máximo nivel de competencia en ambos, ganas la partida.

DasEnde

En las provincias que dominas obtienes o legiones (necesarias para defenderte o atacar) o dinero (necesario para obtener o quitar votos y por tanto para tener consules o para subir en la pista de competencias) cada dos turnos, a menos que tengas un funcionario civil trabajando para ti, en cuyo caso, lo obtendrás todos los turnos. Al principio de la partida todo el mundo tiene un funcionario civil. Para conseguir más funcionarios o conquistas territorios con un funcionario dentro o ganas un Cónsul.
Además en cada turno Roma te da o 2 monedas o 2 legiones o 1 legión y 1 moneda.

Para conseguir el dinero, no basta con generarlo, tu personaje, representado por un cuadrado curiosamente grande, debe pasar por las provincias donde está el dinero para recaudarlo. Si tardas más de un turno en recaudarlo, puedes llevarte la sorpresa de que otro jugador te quite la provincia y el suculento dinero.

El turno, pues, consiste en tres fases:
  • Producción de dinero y legiones
  • Movimiento y batallas
  • Acciones que consiste principalmente en subir en el marcador de competencias o actuar sobre el senado
La votación del senado se produce cuando el marcador Tempus Fugit (lo mejor del juego) llega al final de su pista.

Las batallas

El mecanismo más curioso del juego es el relacionado con las batallas. Cada jugador tiene 8 cubos de su color de los cuales mete 2 en una bolsa negra. Una de las acciones que puedes hacer en tu turno es meter cubos en la bolsa que podrán darte la victoria en una futura batalla. El combate se produce cuando mueves a tu personaje, llevando unas cuantas legiones encima a una provincia de otro jugador. El combate tiene las siguientes fases:
  • Se saca del saco tantas legiones como el mínimo de tropas que cada contricante tenga con un máximo de 3 (Por ejemplo: si Craso ataca a Pompeyo con 4 legiones a una provincia que tiene 2, se sacarán 2 legiones. Si Pompeyo tuviera 4 se sacarían 3 legiones). Por cada cubo del mismo color que el jugador se quita una legión del adversario. Los cubos del tercer jugador se devuelven al saco.
  • Si el defensor tiene a su personaje en la provincia, el atacante se quita otras dos legiones
  • Cada jugador se quita tantos cubos como tenga el jugador al que menos legiones le queden. Así al menos uno de los dos jugadores habrá perdido todas las legiones (puede ocurrir que los dos se queden sin legiones, por lo que el ataque será un fracaso) y se determina el bando victorioso.
Como resultado de la batalla, a parte del obvio que es quedarse con la provincia, el jugador derrotado recibe una carta que le permite meter gratis un cubo de su color en el saco. Además si es poseedor de esta carta (por que ha sido derrotado al menos dos veces consecutivas), le da la vuelta a la carta y recibe otra compensación, más poderosa que es subir un nivel en cualquiera de los dos marcadores de competencia.

Si el personaje estaba en la provincia que ha sido derrotada, recibirá en primer lugar la carta Escapar que obliga al personaje a huir a la provincia que elija y a perder un nivel en un marcador de competencia que lidere.

Lo que más me gusta: Todo el mecanismo de las batallas. El azar controlado, y el hecho de que si dos jugadores se ceban con el tercero atacándole, le pueden dar la partida.
Lo que menos me gusta: Se puede dar un efecto carrera por ser el primero, por alguna condición de victoria. Un mal menor.
Conclusión: Das Ende des Triumvirats es una rara avis en los juegos de tablero, pues es raro encontrar juegos que funcionen con tres jugadores. Este lo consigue, pues evita en buena medida, las coaliciones típicas de dos contra uno tan desagradables. El juego además se puede jugar fácilmente en una hora, pues las difernetes condiciones de victoria producen una muerte súbita que acorta la duración del juego. Un buen juego a considerar para rellenar el hueco de los juegos para tres jugadores.


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