Ya sabeis, si buscais Google en Google, podríais romper internet:

Cartagena (2000): Uno de esos juegos que tienen el encanto de poder jugarse en menos de media hora proporcionando un rato muy divertido. El tema del juego versa sobre piratas que huyen de la prisión de Cartagena, aunque es tan abstracto que bien podría haber tratado sobre una carrera ciclista o sobre quien es el primero en salir del mercado con la compra hecha... Se trata de un juego de tablero con cartas donde hay que intentar no hacer movimientos que den ventaja a los rivales y en el que hay que saber gestionar la mano. El juego es muy dinámico y por tanto entretenido. Al acabar una partida, siempre hay ganas de echar otra a continuación.

Más allá de Tebas (2007): Uno de los juegos familiares del año. Los jugadores se dedican a la arqueología investigando por Europa antes de lanzarse a la aventura de la expedición. El juego es muy atractivo visualmente, divertido y familiar. El mayor handicap que tiene el juego es el azar, pues puede convertir la partida de un jugador en un suplicio si tiene la suerte en contra a la hora de buscar los tesoros en las expediciones (se sacan de una bolsa opaca los fichas que representan la mitad arena y la otra mitad tesoros arqueológicos, pudiendo darse la mala suerte de sacar 10 fichas y que todas sean arena).
Como todo buen geek, The IT Crowd se divierten con juegos de mesa:
Pero, ¿a qué están jugando?

Actualización: Como bien ha descubierto Klaatu se trata del War on Terror.
Y esta semana:

Lost Valley (2004): Un juego sobre buscadores de oro en Klondike del que no esperaba mucho y que ha supuesto una muy agradable sorpresa. Como buscador de oro debes preocuparte de que los demás no se aprovechen (mucho) de tu trabajo o estás perdido, a la vez que tratas de aprovecharte del trabajo de los demás. Un juego con mucho sabor

Factory Fun (2006): Un juego bien pensado con grandes ideas pero que adolece de un gran defecto y es que es muy proclive al análisis parálisis (independientemente del tipo de jugador que seas). Quizá jugando con un reloj se podría solucionar su único defecto, por que por lo demás el juego es bastante redondo.

Null & Nichtig (2006): Un divertido juego de cartas de que supone una vuelta de tuerca a los juegos tradicionales de cartas. El juego parece caótico pero después de ocho partidas creo que ya voy acercándome a una posible estrategia.

Race the Wind (2007): Un juego de simulación de regatas muy bien conseguido. Si sabes navegar partes con gran ventaja y si no sabes, seguro que aprendes los conceptos básicos de la vela y así podrás seguir mejor la próxima Copa América (o America's Cup).
Como habréis podido comprobar agosto ha sido este año mi mes de vacaciones (por tanto no habrá juego del mes de agosto). Así que superado (o no) el sindrome postvacacional aquí estoy de nuevo para hablar de los juegos que más interesantes me han parecido entre los últimos descubiertos:

Funny Friends (2005): De los muy grandes Marcel-André Casasola Merkle y Friedemann Friese, un juego políticamente incorrecto en el que llevas a tus personajes por tortuoso caminos vitales desde su terrible pubertad para ser el primero en conseguir cinco "objetivos" vitales. Las mecánicas, que no son originales, son un perfecto mecanismo al servicio de la parte fundamental del juego que no es otra que pasar un rato muy divertido mientras haces que tu personaje se enamore y desenamore con la misma facilidad con que Alan R. Moon saca versiones del Ticket to Ride.

La caída de Pompeya (2004): The downfall of Pompeii es un entretenido juego de tablero bastante corto de duración (la primera partida suele ser más corta que la explicación de las reglas). Un juego en el que tienes que tratar sacar al máximo número de tus peones de Pompeya e intentar que la lava convierta en ceniza a los peones de tus adversarios. Bastante recomendable.

Zooloretto (2007): El flamante Spiel des Jahres utiliza la mecánica del Coloretto añadiéndole cierta dosis de gestión de recursos. Pierde agilidad respecto al original pero gana en posibilidades estratégicas, pues la gestión de recursos permite cierto control sobre el factor suerte.

Der Elefant im Porzellanladen (2006): También de Michael Schacht, un entretenido filler de cartas en el que la gracia está en el balance entre conseguir la mejor jugada o provocar la peor para el contrario. Muy recomendable.