Marrakech (2007): Le jugué hace tiempo y no me llamó la atención, sin embargo me he visto sorprendido por su reciente inclusión entre los finalistas del Spiel des Jahres de este año (con el nombre de Suleika). Al juego hay que reconocerle su originalidad en los componentes, esas imitaciones de alfombras y el paseante son divertidos. El juego no da mucho de sí pues la única decisión a tomar es la dirección en la que el muñeco se va a mover, y luego, como si del Monopoly se tratara, se tira un dado y a rezar para que haya suerte y no caigamos encima de las alfombras de los demás o para que los demás caigan en las nuestras.

Senji (2008): De la mano de Edu de Cromola tuvimos la oportunidad de probar en primicia en El Laberinto este juego que saldrá en castellano dentro de las proximas dos semanas (a un precio de 49,95). Senji tiene vocación de convertirse en un Juego de Tronos/Diplomacy de corta duración (de noventa minutos a dos horas) con lo positivo y negativo que esto conlleva. Órdenes en secreto a las provincias al estilo de Juego de Tronos y negociación al estilo del Diplomacy (con reloj de arena para acortar el tiempo de partida) son la herencia de estos dos pesos pesados. Un intercambio de cartas diplomáticas (con rehenes como la máxima expresión) son la parte más original y temática del juego. Como jugué con cuatro jugadores, estoy deseando jugar una partida a seis para sacarle el máximo provecho al juego.

Toledo (2008): Pequeña decepción la que me he llevado con este juego de Martin Wallace. Como juego familiar funciona perfectamente y es bueno que se publiquen juegos de este tipo en castellano, sin embargo esperaba algo más de él. Y es que la resolución de los duelos es una de las peores mecánicas con las que me he encontrado últimamente.