Imperial

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Cuando hace más de un año conocí Ekonos, me pareció un simulador de bolsa con forma de juego muy interesante, sin embargo, me daba la sensación de que era demasiado abstracto como para que me llenara lo suficiente como para comprarlo.

Pues bien, cuando hace dos semanas pude probar Imperial, comprobé cómo se puede hacer un juego de economía, con tema y mecánica pensadas para que se disfrute del juego desde el primer minuto.

En Imperial eres un magnate en la Europa del imperialismo que, a base de préstamos y bonos al estado, te conviertes en inversor en diversos imperios europeos. Como inversor intentarás que los destinos de los imperios en los que has invertido te deparen suculentos dividendos mientras los imperios luchan entre sí por la supremacía en Europa. Tu misión es sacar el mayor provecho de estas luchas para ser el inversor más rico del continente cuando acabe del juego.

La principal característica de Imperial es que los jugadores no tienen ninguna ficha propia sobre el tablero. Sus posesiones son únicamente, dinero y bonos de diferentes imperios que ha ido adquiriendo a lo largo del juego. En cada momento el jugador con más bonos de un imperio es el encargado de regir los destinos de la nación en cuestión, lo que puede llegar a causar cierta confusión pues hay que distinguir entre el dinero propio y el dinero que pertenece a cada imperio.

Para realizar las acciones de las naciones Imperial recupera el rondel de Antike, el anterior juego de Marc Gerdts. Consiste en un rondel con 8 posiciones con las posibles acciones a realizar. En cada turno, el jugador que rige los destinos del imperio que debe realizar su acción, decide cuantas posiciones avanza por el rondel (en el sentido de las agujas del reloj) realizando la acción en la que termina. Avanzar más de tres posiciones le cuesta dinero que deberá poner de su bolsillo el dirigente del país. Un mecanismo sin duda original y una magnífica forma de obligar a los jugadores a tomar decisiones en cada turno.

Lo que más me gusta: Todo el juego me gusta. La mecánica, los componentes, la idea de no tener un imperio sino de ser inversor en varios, ...
Lo que menos me gusta: Los bonos comprados no se pueden vender con lo cual no puedes especular con una nación llevándolo de lo más alto a lo más bajo y viceversa.
Conclusión: Imperial es sin duda uno de los juegos del año. Un juego muy sugerente que combina un juego de civilización y recursos con un juego económico. Sin duda, quiero tener uno...


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