Genial, Giganten y Master Thieves
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Con algo de retraso llega este post de primeras impresiones.
Genial (2004): A pesar de los pocos años que tiene, Genial es ya uno de los clásicos dentro de los juegos de Reiner Knizia. Se trata de un juego abstracto que funciona bien con cualquier número de jugadores (hasta cuatro) y, me atrevería decir, con cualquier tipo de jugador. El juego tiene todos los atributos de un juego del doctor, empezando por la típica puntuación a lo Knizia (es decir, gana el que más haya conseguido avanzar en la menor característica) y siguiendo por su evidente concepción matemática.
Giganten (2007): El último juego de Andreas Seyfarth nos traslada a la época de los grandes Zepelines donde deberemos ser los que más grandes y mejores Gigantes del aire construyamos. Detrás de esta sugerente explicación se encuentra un juego de dados. ¿Azar puro? No pero azar al fin y al cabo. En el juego tenemos que intentar conseguir cartas de ingenieros, motores, etc por medio de tiradas de dados para obtener mejoras en las siguientes tiradas de dados. La idea es original, hay tres tipos de dados (todos de seis caras) con la característica de que cada tipo de dado tiene unos valores diferentes (de 1 a 3 blancos, de 2 a 5 rojos y de 4 a 8 negros). Como es obvio, hay que intentar conseguir el mayor número posible de dados negros y sus consiguientes moficadores para construir los Zepelines que más puntos dan. Se trata de un buen juego... si te gustan los juegos de dados.
Master Thieves (2004): Si existe un juego sobreproducido sin duda es este. Una preciosa caja de madera de 3 pisoss con con doce cajones, algunos con doble fondo; pisos que pueden girar sobre un eje; crsitales de plástico simulando piedras preciosas y almohadones rojos, negros y blancos hacen de este juego un espectáculo en cada partida. El juego, mucho mejor de lo que esperaba, es un juego de roles en el que funcionan algo la táctica, bastante la intuición y mucho la memoria. Hay que intentar abrir los cajones que contengan las joyas más valiosas para robarlas, siempre que otro jugador no haya puesto una alarma y te pille infraganti, tratar de adivinar el rol que en secreto han elegido el resto de jugadores para poder rapiñar en solitario o antes que tus rivales. Un divertido juego detrás de unos componentes espectaculares. Y, para mí, lo más curioso, la edición tiene las instrucciones en varios idiomas incluido el castellano.
Genial (2004): A pesar de los pocos años que tiene, Genial es ya uno de los clásicos dentro de los juegos de Reiner Knizia. Se trata de un juego abstracto que funciona bien con cualquier número de jugadores (hasta cuatro) y, me atrevería decir, con cualquier tipo de jugador. El juego tiene todos los atributos de un juego del doctor, empezando por la típica puntuación a lo Knizia (es decir, gana el que más haya conseguido avanzar en la menor característica) y siguiendo por su evidente concepción matemática.
Giganten (2007): El último juego de Andreas Seyfarth nos traslada a la época de los grandes Zepelines donde deberemos ser los que más grandes y mejores Gigantes del aire construyamos. Detrás de esta sugerente explicación se encuentra un juego de dados. ¿Azar puro? No pero azar al fin y al cabo. En el juego tenemos que intentar conseguir cartas de ingenieros, motores, etc por medio de tiradas de dados para obtener mejoras en las siguientes tiradas de dados. La idea es original, hay tres tipos de dados (todos de seis caras) con la característica de que cada tipo de dado tiene unos valores diferentes (de 1 a 3 blancos, de 2 a 5 rojos y de 4 a 8 negros). Como es obvio, hay que intentar conseguir el mayor número posible de dados negros y sus consiguientes moficadores para construir los Zepelines que más puntos dan. Se trata de un buen juego... si te gustan los juegos de dados.
Master Thieves (2004): Si existe un juego sobreproducido sin duda es este. Una preciosa caja de madera de 3 pisoss con con doce cajones, algunos con doble fondo; pisos que pueden girar sobre un eje; crsitales de plástico simulando piedras preciosas y almohadones rojos, negros y blancos hacen de este juego un espectáculo en cada partida. El juego, mucho mejor de lo que esperaba, es un juego de roles en el que funcionan algo la táctica, bastante la intuición y mucho la memoria. Hay que intentar abrir los cajones que contengan las joyas más valiosas para robarlas, siempre que otro jugador no haya puesto una alarma y te pille infraganti, tratar de adivinar el rol que en secreto han elegido el resto de jugadores para poder rapiñar en solitario o antes que tus rivales. Un divertido juego detrás de unos componentes espectaculares. Y, para mí, lo más curioso, la edición tiene las instrucciones en varios idiomas incluido el castellano.